domingo, 20 de julio de 2008

ENSAYO CONCEPTUALIZACIÓN DEL CURRICULUM

ÍNTRODUCCIÓN


Cuando hablamos de currículos en el nivel de educación parvularia podemos nombrar varios modelos, como el Curriculum Integral, High Scope o Cognitivo, Personalizado, Montessori, Bases Curriculares de la Educación Parvularia, entre los que más desatacan en nuestro país. Pero, nos es difícil dar una descripción clara sobre el concepto de curriculum y cuales son sus componentes más importantes, que sin importar su procedencia ni objetivos deben tener por igual. Es en éste punto que ahondaremos, dando a conocer que el equilibrio es la palabra clave para un eficaz curriculum, tanto a nivel preescolar como en todas las áreas del sistema educativo, aunque solo nos referiremos a la importancia en la educación parvularia.

En la educación parvularia se da bastante énfasis en lograr que los niños y niñas sean protagonistas de sus aprendizajes, por lo tanto todos los currículos del nivel se centran en el rol de un niño y niña activo/a e integral en todas sus áreas de aprendizaje, y a la vez en que el educador y educadora cumpla el rol de facilitador de aprendizajes. Aunque para que esos roles no sean solamente logros por esperar que se cumplan, es necesario un balance entre el saber saber, el saber ser y el saber hacer.



















DESARROLLO TEMÁTICO


1. El concepto de Curriculum en el Nivel de Educación Parvularia.

El término currículo es una palabra muy compleja que envuelve varios componentes importantes que posibilitan la formación de los educandos, participantes de una institución educativa. Por lo tanto, podríamos decir que el currículo o curriculum son los criterios de metodología, conjunto de objetivos, contenidos y evaluaciones que se esperan que los niños y niñas logren dentro de un determinado tiempo. Además, a través del currículo se explicita cómo, qué y cuándo se deben enseñar los aprendizajes esperados, en donde también se incluye el cómo y cuándo evaluar, tanto a los educandos como a los educadores. Es así como nos damos cuenta de que el curriculum nos da claramente las pautas para lograr una educación con sentido y orden.

Según María Victoria Peralta (1996), nos define el concepto de currículo en el nivel preescolar como: “Todas las vivencias y aprendizajes significativos que han sido experienciados por los párvulos y adultos, como resultante de la selección y organización consistente de un conjunto de factores humanos, materiales y técnicos, que han sido generados por una comunidad educativa, desde el Jardín Infantil como institución educativa sistemática.” Aunque ésta descripción escrita por Peralta le escasea un elemento importante, por lo tanto se encuentra incompleta, ya que, “todo desarrollo curricular se lleva a cabo a través de los procesos de planificación, implementación y evaluación (Bases Curriculares de la Educación Parvularia, 2001)”; siendo la palabra evaluación la faltante, que sin ella ¿Cómo sabríamos que el proceso educativo va por un buen camino? y ¿Cómo mejoraríamos?, ¿en cuales aprendizajes nos detendríamos a reforzar en el niño o la niña?.

2. Equilibrio, Palabra Clave Para Un Eficaz Curriculum.

Ya que hemos definido el concepto de currículo, ahora podemos referirnos sobre lo fundamental que es el equilibrio para la realización y desarrollo de un curriculum, balanceando el saber saber, saber ser y saber hacer, para y con los niños y niñas.





El curriculum esta diseñado para los procesos educativos, y en todo proceso educativo es absolutamente fundamental saber a que tipo de persona se esta educando. Peralta (1996) nos explica el concepto de párvulos; quienes son los educandos en el nivel de educación parvularia: “…éste se concibe como un sujeto que interactúa en función a las características peculiares que ofrecen los primeros años de vida de un ser humano, en relación a un entorno sociocultural.” Conjuntamente, podemos a agregar a éste concepto que el niño y la niña son personas que se encuentran en crecimiento, que van descubriendo su identidad, emociones, el mundo que los rodea, desarrollando las capacidades de exploración y comunicación de sus experiencias. Ellas son personitas, a la vez, muy frágiles e indefensos, dispuestos a absorber todo lo que le enseñan. Por lo tanto nuestra misión como futuras educadoras es un trabajo muy minucioso, que necesita una entrega de 100%, necesitando guías claras y concisas que nos orienten los procesos de enseñanza-aprendizaje… los currículos o curriculum.

Existen tres áreas de desarrollo: SABER SABER, transmisión de conocimientos; SABER HACER, potencia las acciones; y SABER SER, elaboración de criterios racionales y valóricos.

No basta solo con incorporar en los currículos el SABER SABER, como se hacía en sus inicios, en el que tenía como objetivo el traspaso de conocimientos culturales y otros, o sea, fomentar el desarrollo cognitivo, entonces… ¿Qué pasaba con el saber ser? y ¿en que lugar
quedaría el SABER HACER?. Tampoco nos basta con el SABER HACER o el SABER SER como único objetivo, pues, es sumamente necesario balancear estos tres puntos de saberes para así poder formar mejores generaciones y excelentes profesionales, dispuestos a humanizar.

Las tres áreas de desarrollo, como se dijo anteriormente, deben ir tomadas de la mano, debido a que no queremos que nuestros niños guarden en sus mentes sus conocimientos (SABER SABER), sino queremos que los lleven a cabo con acciones concretas (SABER HACER), y tampoco necesitamos formar a robots que sigan instrucciones, incapaces de racionar por sí solos, sin sentimientos que les afecten, ya que son personas que requieren tener y crear sus propios juicios valóricos sobre los aprendizajes (SABER SER), formar seres humanos. Es aquel balance, en donde va un saber tras otro, con el mismo peso, que posibilita el fin de la educación, una educación integral.





CONCLUSIONES


Esta tesis, “equilibrio, palabra clave par un eficaz curriculum”, busca dar a conocer como el SABER SABER, SABER SER y SABER HACER, juegan rol fundamental en la formación de los educandos, aunque, se tienen que tomar en cuenta los tres por igual para evitar un desequilibrio, que dejaría de lado el desarrollo integral, objetivo principal que tienen en común los distintos modelos curriculares que existen en la educación parvularia.

Agregamos, que todo currículo se debe ajustar al tipo de persona que se educa, rescatando sus posibilidades, interés y características propias. Por lo demás, los curriculum no son guías que se deben seguir al pie de la letra, uniformes, si no se pueden adaptar a la realidad en la cual se inserta el modelo curricular, variando y modificándolo.
























BIBLIOGRAFÍA


“Aprendizaje Activo. Una organización de la Clase centrada en el alumno”
Schwartz, Susan
Pollishuke, Mindy
Editorial Narcea,S.A.
Madrid, España

“El Curriculum Cognitivo y su Aporte al Niño Chileno”
Tercera Edición
Lavanchy, Sylvia
Suzuki, Emy
Editorial Universidad Católica de Chile
Chile
2000

“El Currículo en el Jardín Infantil (un análisis crítico)”
Tercera Edición
Peralta, M. Victoria
Editorial Andrés Bello
Santiago, Chile
1996

“Bases Curriculares de la Educación Parvularia”
Unidad de Currículos y Evaluación
Gobierno de Chile, Ministerio de Educación
Santiago, Chile
2001

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